Wednesday, August 10, 2005

Blair encara

Excepcional, pel que estem acostumats a llegir a La Vanguardia, aquest bitllet de Francesc-Marc Álvaro, del 10/08/2005, que no és precisament cap neocon però té sentit comú.


Si cede Blair

Frente al terrorismo islamista hay, de momento, dos modelos de actuación para Europa: el sistema Zapatero o el sistema Blair.

Si ustedes, poseedores de un pasaporte español, viajan a algunos países de Oriente Próximo o del norte de África es muy probable que, al saber su procedencia, se les acerque algún desconocido y les felicite y les abrace efusivamente por tener un presidente very good. Entonces, ese desconocido les hablará, con entusiasmo, de la retirada de las tropas españolas de Iraq y de lo gran amigo de su pueblo que es el presidente Chipitero o Zipitero, según el acento de nuestro interlocutor. A muchos ya les ha pasado y no siempre se atreven a contarlo cuando regresan, por temor a ser catalogados de políticamente incorrectos. Ustedes, llegado el caso, ya decidirán si callan o avisan a sus amistades.

Esta anécdota no es probable que les suceda a los turistas británicos. Al contrario. El pasado jueves, el número dos de Bin Laden, el egipcio Al Zawahiri, amenazó a Estados Unidos y al Reino Unido con más atentados, mediante un vídeo difundido por la cadena Al Jezira. Este capitoste terrorista remarcó que Londres vivirá días más sangrientos todavía si Blair no retira las tropas de Iraq e insistió en que "lo visto hasta ahora no es más que una pequeña nuestra de lo que se avecina". La respuesta de Blair —con todas las legítimas discrepancias que pueda suscitar— fue contundente y una muestra de auténtico coraje político del que, en Europa, hace muchos años que no veíamos. El último estadista europeo que este cronista admiró por su talla política fue el checo Havel, opositor al comunismo y primer presidente de su país tras la revolución de terciopelo. Ahora, los europeos que creemos en algunos valores irrenunciables sólo tenemos como referente al premier británico, a pesar de sus errores y de sus argumentos para meterse en la guerra.

Blair no es ni un santo ni es perfecto, pero es la única figura europea que, a la hora de la verdad, aguanta la embestida del fascismo islamista sin arrugarse. Si bien sigo pensando que empezar la guerra de Iraq fue un error político (por oportunidad y prioridad), es evidente que la retirada de las tropas aliadas en este momento sería dejar en la estacada a los iraquíes que aspiran a vivir en democracia, así como admitir el poder absoluto del terrorismo islamista sobre nuestra sociedad abierta y sus gobernantes. Y sería dar la razón a los que, en pleno delirio, comparan a Bush con Hitler.

Si Blair cede, el concepto y la realidad de Europa como espacio de libertad se desmorona. De la Europa que nace con la Ilustración y que coloca al individuo en el centro de todo. Es Blair o la tiranía.

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