Prou de correcció política

Alfredo Abián: Musulmanes europeos
La Vanguardia, 22/11/2004.

Los violentos choques interculturales que se registran en los Países Bajos desde el asesinato del polémico cineasta holandés Theo van Gogh, a manos de un islamista radical, están disparando las alarmas en Europa. La corrección política, auténtico mausoleo funerario de la realidad, nos había llevado a creer que la tolerancia y la integración, valores que predicamos más con las palabras que con los hechos, habían sido un éxito. Sin embargo, los ataques a mezquitas, escuelas coránicas e iglesias y las amenazas a políticos demócratas críticos con el integrismo islámico nos han sacado del espejismo. La intolerancia se extiende mientras algunos descubren, con pasmo hipócrita, que decenas de miles de musulmanes europeos, incluso de segunda y tercera generación, no se han integrado social, cultural ni económicamente en los suburbios de nuestras grandes capitales. La intransigencia, de todo colorido religioso y político, es de tal nivel que Francia padece desde hace meses una cadena de profanaciones de cementerios, especialmente judíos. Nos enfrentamos a demasiadas manifestaciones fanáticas como para seguir cruzados de brazos o, lo que es peor, seguir practicando ese deporte intelectual tan europeo que consiste en no hacer nada, llenarnos la boca de buenos deseos y, eso sí, rasgarnos las vestiduras cuando Samuel P. Huntington insista en su profecía sobre el choque de civilizaciones o la italiana Oriana Fallaci rebautice al Viejo Continente con el nombre de Eurabia.